Vuelos a ninguna parte: la nueva tendencia de turismo en medio de la pandemia

Con la llegada de la pandemia, el turismo fue uno de los sectores que más se vio perjudicado.
Pues como primera medida de contención del virus, los países decretaron el cierre de sus fronteras, tanto terrestres como aéreas.
Por lo que muchas empresas de turismo y grandes aerolíneas se vieron el tarea de reinventar sus servicios y ahora pusieron de moda los ‘vuelos a ninguna parte’.
Esta es una nueva tendencia de viaje que busca sacar de la monotonía de las personas y brindarles un espacio para que crean que están de viaje.
En los vuelos a ninguna parte, las aerolíneas le ofrecen a los usuarios un vuelo de varias horas en el aire y posteriormente su regreso a casa.
Durante este viaje, los usuarios deberán reservar su boleto, hacer chek-in, disfrutar de las terminales aéreas y por supuesto de la vista desde la ventanilla del avión.
Pero con la diferencia de que no se necesita pasaporte y el aeropuerto de llegada y de salida finalmente sigue siendo el mismo.
Por ejemplo, en Australia, las personas pagaron por un vuelo de 7 horas en el que sobrevolaron los atractivos turísticos más importantes.
La iniciativa ha sido todo un éxito y varias aerolíneas alrededor del mundo han empezado a ofrecer dichos vuelos.
Sin embargo, la nueva forma de operación de las aerolíneas ha abierto una gran disputa entre los ambientalistas.
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Los vuelos a ninguna parte han generado polémica
La nueva tendencia de viaje durante la pandemia ha encendido las alarmas de los grupos ambientalistas.
Pues aseguran que los viajes a ninguna parte impactan directamente el medio ambiente, debido a la quema del combustible del avión.
Y mucho más ahora, que los aviones están viajando a una altura relativamente baja y con vuelos mucho más constantes y con poca ocupación, aumentado así, la huella de carbono de cada una de las aerolíneas.
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